El imperialismo puede presentar formas muy diversas. Si se observa  la historia latinoamericana posterior a la independencia, rápidamente podemos  advertir que, además del gran impacto que tuvo el capitalismo industrial, el  cual generó una transformación en variados niveles de la vida latinoamericana,  hubo manifestaciones concretas por parte de las grandes potencias europeas, las  cuales eran acciones imperialistas, sin lugar a dudas, y que abarcaron desde  simple gestiones diplomáticas, hasta la intervención armada en algunos casos.
 La simple expansión de la economía capitalista fue un factor de  grandes cambios en el mundo: esta modificó sistemas de producción de todo tipo  y determinó el traslado y la emigración de poblaciones enteras.
 El liberalismo británico había desarrollado fórmulas específicas  para combatir y competir contra el colonialismo hispánico, sin embargo, todas  ellas cayeron en desuso cuando el imperialismo de la mano del capitalismo,  impusieron su impronta en todo el mundo.
 De hecho, se vio nacer y resurgir a naciones enteras gracias a la  industrialización, esto, genera un abandono del libre cambio, volcándose  nuevamente al proteccionismo económico.
 El Imperialismo, así, se convierte en la base que llevará luego al  reparto de África y la penetración en Asia.
 Con respecto a América Latina, si bien existieron algunas  intervenciones armadas y conquistas militares, la acción imperialista fue más  sutil. Los grandes estados se preocuparon por tener una diplomacia eficiente,  informada, y desarrollaron la capacidad de intervenir en las cuestiones  económicas y políticas latinoamericanas más candentes.
 Así, se nos hace difícil diferenciar entre la defensa de intereses  comerciales de la acción meramente imperialista. Y esto es así, porque las  maniobras eran confusas, no había agresiones a nivel militar, sino  convencimiento sobre los grandes empresarios, y manipulación diplomática sobre  las esferas políticas y económicas de los distintos países latinoamericanos.
Existían muchas tentaciones, de ambos lados, y las oportunidades sobraban. En un territorio prácticamente virgen e inocente, era difícil que hubiese un control sobre el deseo y la necesidad de tener todas estas innovaciones que los países imperialistas europeos presentaban. La introducción de tales avances, entonces, en parte fue maniobra imperialista, y en parte fue necesidad y consumismo latinoamericano.
Vínculo Externo: http://es.internationalism.org/rm/2004/82_eua_al.html